Mi trabajo es una bendición: Josefina Matehuala
Contribuye con su ciudad desde hace casi 13 años
NÚMERO: BOL174/DP/2017
Todos los días comienza su labor a las 6 de la mañana, su trabajo contribuye a mantener una ciudad limpia, y gracias a este ha podido avanzar en sus metas y apoyar a sus hijos en su preparación.
Se trata de la señora Josefina Matehuala quien en mayo cumplirá 13 años de servicio a la ciudadanía, y se refiere a su trabajo como una bendición que le ha brindado grandes oportunidades.
“Mi casa era solamente un cuarto de usos múltiples, baño y lo otro era cuarto cocina y todo, sin patio atrás, puerta hacia la calle, y de aquí pude levantar mi casita, y hoy mi casa puedo decir que es una vivienda digna para mis hijos”.
Es mamá de tres jóvenes, una de ellas ya vive con su pareja en otra ciudad y aún viven con ella dos de ellos, uno estudia segundo semestre de Telemática y el otro está por ingresar a la preparatoria.
“Primeramente Dios ya empieza la prepa. Y todo esto es a base de mi trabajo bendito sea Dios, yo lo amo mucho, era de mientras pero ahorita ya no pienso en buscar otro lugar. Me ha dado muchas oportunidades. Siempre quise prepararme, estudiar otra cosa, pero con los hijos ya no pude, siempre dije después, después, ahorita ya me ha dado tiempo un poquito más de otras cosas, tomé un cursito de informática y así poquito a poco hemos ido avanzando”.
Su mensaje para las mujeres es que se quieran mucho ellas mismas, primero que nadie, “mi mensaje es que nos queramos mucho, no esperemos a que nadie más nos quiera para poder recibir amor”.
Sus hijos, dice, entienden su trabajo y sus horarios, pero no fue lo mismo con su matrimonio, pues después de cuatro años de haber iniciado en este trabajo, se divorció, “se requería trabajar y de verdad, el tiempo extra. Porque en la casa había muchas necesidades y con un sueldo no bastaba, y así salimos adelante”.
Está consciente de la importancia que tiene la atención de los padres en la educación de sus hijos para formar personas que aporten a la sociedad, “somos nosotros los papás también los que debemos estar al pendiente de ellos, y esto es a base de trabajo”.
Su ruta comienza a las 6 de la mañana, y abarca el andador Matamoros, la zona de Ezequiel Montes hasta Corregidora. Su trabajo le ha permitido experiencias buenas y malas. Desde gente que la felicita y le agradece, hasta las personas que arrojan basura desde el coche.
“Aquí y afuera estamos expuestos, hay gente que nos da hasta las gracias, muy buena, aunque es mi trabajo no tiene por qué agradecerme; y otras personas que desde su carro avientan la botella y no al carro sino a mí”.